
La persecución de los judíos españoles dejó, a grandes rasgos, el siguiente saldo: algunos judíos se convirtieron al catolicismo y dejaron de practicar su judaísmo, otros murieron por el mero hecho de ser judíos y hay quienes pudieron conservar su judaísmo en secreto aunque nunca dejaron de estar bajo sospecha de sus vecinos y de los tribunales inquisidores.
A estos judíos se los llamó marranos (anusim en hebreo) en alusión al cerdo que se negaban a comer.
En Medellín (Colombia), hace más de una centuria, uno de sus habitantes cubría sus espaldas con un manto ritual (talit) aunque muy pocos sabían por qué; su apellido era Mejía y su origen, marrano.
Hoy, otro Mejía, Juan, es un activista de la causa anusí (así es como se refiere a ella) que dirige espiritualmente a una comunidad judía conservadora del Bronx (Nueva York, Estados Unidos) y está a un año de finalizar sus estudios rabínicos.
El abuelo de Mejía, nieto de aquél medellinense, fue quien le confesó que ellos descendían de judíos. La versión en internet en inglés del diario israelí Haaretz, en una nota publicada en octubre de 2007, informó que durante una cena navideña, cuando Mejía tenía 15 años y aún era católico, un familiar comenzó a realizar chistes antisemitas; el abuelo del futuro rabino reaccionó y sorprendió a toda familia al confesar: “mi abuelo era judío”, recordó Mejía a Semanario Hebreo.
Mejía, hoy con 30 años de edad, realizó una investigación heráldica y genealógica para la cual se remontó hasta el siglo XV. “La mayoría de la evidencia histórica sobre mi familia la pude encontrar en Internet; archivos genealógicos de la Inquisición demuestran que personas con el apellido Mejía, Mexia, o Mesías -que en general provienen de la misma familia- fueron investigados y en ciertos casos condenados tanto en la Península (Ibérica) como en México”.
En 1998, cuando tenía 20 años, Mejía viajó de mochilero por Europa e Israel, donde permaneció por un mes y medio. “Comencé a sentir una conexión, no sólo cultural sino también religiosa y espiritual con el pueblo judío; las preguntas se volvieron más agudas”. Mejía comenzó a “investigar muchísimo” sobre los aspectos históricos del judaísmo, la diáspora sefardí, las premisas básicas de la fe y su funcionamiento religioso.
Luego de la búsqueda y reencuentro personal con sus raíces judías, que por línea materna y paterna tienen aproximadamente 400 años de historia, intentó reintegrarse al pueblo judío a través de la conversión. “Me identificaba como una persona de ascendencia judía y necesitaba buscar un reintegro formal al judaísmo”, señaló.
En Colombia no se pudo convertir. “Ninguna comunidad latinoamericana está interesada en aceptar a los anusim. Lo que me encontré, no sólo en las comunidades ortodoxas, sino también en las liberales fue que la única situación en que una persona es convertida es si está casada o quiere casarse con alguien judío; el fenómeno de conversión es limitado”.
El futuro rabino entiende que son muy pocas las personas que en este momento se identifican con su pasado anusí, teniendo en cuenta la “gran cantidad de conquistadores judíos que llegaron a Latinoamérica”.
Sin embargo, el religioso colombiano consideró que el acercamiento al judaísmo por parte de los anusím crecerá porque en América Latina “después de siglos de hegemonía católica existe el pluralismo religioso”.
“Todo latino tiene alguna conexión genética -por leve que sea- con el judaísmo”, afirmó.
Mejía respeta el trabajo que hace la organización Shavei (los que retornan), cuyo director educativo es el rabino uruguayo Eliahu Birnbaum, para ayudar a los anusim a retornar al judaísmo. “Hacen un magnífico trabajo de educación aunque mi visión es un poco diferente”, sostuvo.
El futuro rabino opinó que mientras el objetivo de Shavei es que los anusím que regresaron al judaísmo vayan a vivir a Israel, su idea es que permanezcan en sus países respectivos para fortalecer a las comunidades de la diáspora, y si más adelante lo deciden puedan emigrar a Israel.
“Si a estas comunidades se las deja prosperar en sus ambientes nativos pueden ofrecer mucho a sus países de origen y a la comunidad judía ya que quienes las integran son profesionales educados y serios en su compromiso con el judaísmo”.
El joven colombiano, sin embargo, no está en su ambiente nativo.
Según Mejía en Estados Unidos, especialmente en las grandes ciudades, las comunidades “son más receptivas”, por ejemplo, a los “judíos de color”. Precisamente, en una de las grandes ciudades estadounidenses, Nueva York, Mejía está por finalizar sus estudios rabínicos en el Jewish Theological Seminary (JTS) del movimiento Conservador, lo cual se agrega a su máster en Filosofía Judía obtenido con las máximas calificaciones (suma cum laude) en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
“Es muy importante que en Estados Unidos las comunidades vean un rabino latino, articulado, elocuente, que les pueda hablar en inglés y comunicarles de cierto modo la experiencia de la comunidad que yo represento (los anusim)”.
El entrevistado se siente muy feliz con su próxima ordenación rabínica. “La victoria más grande que he tenido como activista y educador de bnei anusim (hijos de marranos) es que he estado durante cuatro años en una de las instituciones más importantes en Estados Unidos (el JTS) y cada persona (de esa institución) sabe mi historia. Cuando llegue una persona latina que les diga: ´yo tengo esta historia` (de un pasado anusí), no van a ser escépticos con ella porque se van a acordar de mí”.
Mejía manifiesta una fuerte identidad latina y judía. “Por eso no pienso hebraizar mi nombre. Yo soy Juan Mejía, colombiano, de origen anusí, profundamente orgulloso de mis raíces y completamente comprometido con mi vida judía, con la comunidad judía, con Israel pero también con una responsabilidad con la comunidad de anusim de la cual yo fui extraído”.
2 comentarios:
Mas info sobre el Movimiento Bnei Anusim en la peninsula iberica en http://anusim.weebly.com/
Ningun Anusim es aceptado en el seno de las comunidades Judias en la peninsula iberica sean Ortodoxas, conservadoras o reformistas liberales,
nadie absolutamente nadie ve a estos conversos(algunos en Israel) como verdaderos Judios ni los propios reformistas reconocen las conversiones hechas por su propio movimiento, hay una hipocresia tan grande y es triste que el retorno de estos descendientes se vea retrazado por la ignorancia y desconfianza de aquellos que cuidan celosamente la Torah donde la Mitzva que mas se repite es la de Ahavat Guer.
vivo en Barcelona.
Daniel Benzion
Publicar un comentario