28 abr 2011

Maestro Óscar Tabárez: “La discriminación no es exclusiva del fútbol; también es parte de la sociedad”

Fue uno de los hombres destacados de la actualidad nacional en el segundo semestre de 2010. Luego de 40 años, él y sus jugadores le dieron a la selección nacional el cuarto puesto en un Mundial de fútbol. Sin embargo, la relación entre Óscar Tabárez, conocido como “El Maestro”, y la selección data de varias décadas. 

Ya en 1983 dirigió a la selección que obtuvo, de forma invicta, los Juegos Panamericanos disputados en Venezuela. 

En 1989 condujo al combinado que obtuvo el vicecampeonato en la Copa América disputada en Brasil y que clasificó al Mundial del ´90, donde la “celeste” llegó hasta octavos de final siendo derrotada por la escuadra local. En 2006 volvió para clasificar a Uruguay a Sudáfrica 2010, luego de ocho años de ausencia celeste en las lides mundiales.


Su formación docente se percibe apenas se entra en contacto con él. Explica cada tema con la pasión y el amor de un maestro y, aún en el disenso, se expresa con respeto.

Este es un resumen de la conversación que el portal web del CCIU mantuvo con el entrenador del seleccionado uruguayo:

- Usted dirigió al Peñarol del ´87 que obtuvo la Copa Libertadores con un equipo de jóvenes, al Boca Juniors de 1992 que obtuvo el título argentino luego de varios años sin campeonar y a la selección uruguaya que obtuvo el cuarto puesto en el Mundial Sudáfrica 2010. ¿Cuáles son las similitudes y las diferencias entre estos tres logros?

- Las similitudes vienen por el lado de que uno está convencido de que lo único que no se puede vaticinar de antemano son los resultados, porque el fútbol es muy circunstancial y a veces va por caminos opuestos pero un cuerpo técnico tiene que hacer lo posible para que el futbolista cuando vaya a la cancha tenga el sentimiento de que juega en equipo, y de esa manera ya se transforma en un equipo difícil para cualquier rival; esos son los equipos protagonistas. 

Después vienen la parte de los resultados ya que ese mismo equipo puede ganar o puede perder. Son los puntos de contacto entre estos tres ejemplos, aunque en el caso de la selección es el resultado de un trabajo que llevó cuatro años de un proceso de trabajo que pretendió hacer las cosas en Uruguay de una manera que no se había hecho hasta el momento: predefinir un perfil de jugador, de equipo, coordinar las actividades de todas las selecciones nacionales para que las selecciones juveniles ya fueran un lugar de prueba para posibles integrantes de las selecciones mayores en un futuro no muy lejano.

Incluso en el mundial jugaron cuatro jugadores que habían sido parte del proceso de los juveniles en este cuatrienio (Nicolás Lodeiro, Luis Suárez, Edinson Cavani, Fernando Cáceres). Desde ese punto de vista es el rasgo distintivo de la selección: más tiempo de trabajo y más repercusión porque lo que hicimos fue en un mundial, que repercute más que cualquier otro acontecimiento en el mundo del fútbol.

- ¿Cuál es el papel que desempeña el técnico en la estructura de un equipo?

- El entrenador debe comprender que tiene que apoyar al futbolista y saber que el es una de las personas de menos protagonismo respecto a lo que sucede dentro de la cancha.

- ¿Cuáles fueron sus mejores momentos y cuáles los más difíciles en su carrera como entrenador?

- El Wanderers del ´85 tiene para mí un significado enorme porque con un equipo de ocho jugadores, que nunca habían jugado en primera, salimos subcampeones uruguayos, primeros en la Liguilla (Pre Libertadores de América) junto a Peñarol, y clasificamos a la Copa Libertadores, pero no ha trascendido demasiado porque es un cuadro chico. 

En cuanto a los momentos complicados, quizás el momento de la experiencia del fútbol europeo que, en el Cagliari fue buena, requiere un proceso de adaptación que yo no lo tuve de manera suficiente y me llegó el desafío de ir a equipos muy importantes y no me encontró como la oportunidad que tuve de dirigir a Uruguay que, por más que era una mano difícil, yo tenía una seguridad grande de a donde llegaba, que era lo que tenía que hacer, que era lo que tenia que descartar, y por supuesto que no sabía si lo podía lograr. Pero no estuve en la misma sintonía cuando tuve que dirigir al Milán.

- El tango Cambalache afirma que 20 años no es nada. ¿Qué cambió en Tabárez desde que dirigió a la selección en el Mundial de Italia ´90 al que dirigió a la Celeste en Sudáfrica 2010?

- Pasaron muchas cosas. Siempre repito la frase de que la experiencia no es lo que le pasa al hombre sino lo que el hombre hace con las cosas que le pasan. Y depende, veinte años pueden no ser nada o pueden ser la oportunidad de acumular experiencia para todo lo significativo que después viene. Y además a mi me ha tocado trabajar durante mucho tiempo y conseguir algunos resultados que son los que atraen las miradas de la gente que está vinculada al fútbol. 

El otro día un periodista, parafraseando una canción popular, me catalogaba como el entrenador de las cuatro décadas. En la década del ´80 salimos campeones de los Juegos Panamericanos (con la selección nacional, en 1983) y campeones de la Copa Libertadores de América (con Peñarol, en 1987), en el ´90 disputamos el Mundial, y los primeros diez años a partir del 2000 que culminaron con la actuación de Sudáfrica. Ahora, al empezar la cuarta década, por suerte me encuentro al frente de la selección porque todavía creo que hay cosas para hacer.

- ¿Qué opina sobre la discriminación en el fútbol?

- Yo no creo que sea exclusiva del fútbol, creo que es parte de las sociedades. Nosotros no podemos pretender que esto no ocurra cuando un grupo de niños se refieren a otro compañero como “el rengo” porque tiene un defecto físico. El distinguir, y hasta burlarse del otro por ser diferente, muchas veces no lo tomamos tan en cuenta cómo deberíamos hacerlo. Hay que educar y prevenir. 

Por otra parte, en todos los fenómenos de masas entra a tallar la psicología social, y muchas veces la psicología de esas masas va más allá y muchas veces las personas se comportan de forma diferente a como lo hacen en forma individual. Dicho de otra manera, hay gente que en un campo de fútbol hace cosas que jamás haría estando en otra situación. Entonces es un fenómeno muy complejo. Siempre me pongo en guardia cuando se habla que en el fútbol pasa tal cosa; si un examen antidoping da positivo se habla de que los futbolistas son consumidores, cuando yo me animaría a decir que es el ámbito donde se dan la minoría de estos casos, lo que pasa es que es donde más se controlan.

- ¿Ve al fútbol como una herramienta para combatir la droga y la pobreza? ¿Cuál es la función social del fútbol?

- Esa idea nosotros la tenemos incluida en un proyecto propuesto en 2006 y actualizado para continuarlo desde 2011 a 2015, el cual se dedicará al fútbol del interior. La idea es procurar la práctica masificada que tenga un efecto social y que le de la oportunidad a todos los niños de esta país futbolero de recibir los aportes que el fútbol ofrece por su simple práctica, pero adema procurar que esos chicos estudien y puedan recibir información sobre las problemáticas específicas de sus edades y sobre los vicios sociales, para alejarlos de esos vicios y ocupar el ocio de una manera mucho más edificante. La otra vertiente del proyecto es lograr que haya en cada departamento cuerpos técnicos multidisciplinarios que trabajen con los talentos en coordinación con el cuerpo técnico de la selección nacional.

- ¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando escucha el concepto judío o judaísmo?

- Religión; y además historia, porque el pueblo judío tiene una historia que creo que la conozco por lo menos en sus rasgos más gruesos. Un pueblo que supo de luchas y discriminaciones, de ataques inexcusables y repugnantes. Y también me llama a la actualidad, donde la defensa de su nacionalidad también genera choques en la región (del Medio Oriente), que sería bueno que en algún momento terminaran. No quiero generalizar, pero así como los demás tienen que pensar que los judíos no son diferentes, ellos también deben hacerlo con los demás. Comprendo que es un aspecto muy complejo (el del conflicto entre árabes e israelíes), y si uno tuviera la varita mágica, una de las primeras cosas que pediría que se solucionasen sería esa.

27 abr 2011

Artista plástico Gerardo Goldwasser: “La producción de un artista está relacionada con su identidad, siempre que esta aparezca como un perfume en la obra”

En sus propias palabras: “la sastrería, la violencia y el arte contemporáneo se conjugan en mi trabajo”. 

Nieto de un sastre, sobreviviente de la Shoá (Holocausto del pueblo judío), el artista plástico Gerardo Goldwasser, de 50 años de edad, canalizó toda esa herencia en sus obras de arte. Sus creaciones surgen desde los más diversos contextos. “Al trabajar con la indumentaria como materia prima, siempre estás ´viendo` a las personas”, explica. 

En esta entrevista concedida al portal web del Comité Central Israelita del Uruguay, Goldwasser también se refirió a qué significa ser artista en la tierra de los “doctores” y sobre la influencia de Internet y las nuevas tecnologías en el arte. 

-¿Cuándo comenzó su vocación por las artes plásticas?

- Mi madre cuenta que de niño lo que más me gustaba era dibujar. Por supuesto que a todos los niños les gusta, pero yo pasaba más tiempo del esperado y a mi familia le venía bárbaro porque los dejaba tranquilos por un buen rato. En aquel tiempo también repintaba los autitos de colección “Matchbox” con esmalte de uñas y témperas; podría haber sido mecánico chapista. 

Más adelante en la época del liceo dibujaba muchas historietas y caricaturas, e intenté también con los dibujos animados. En preparatorios de Arquitectura, ya trabajando en Diseño Gráfico, decidí también dedicarme a las artes. Conocí en esa época muchos artistas, y conservo amistades con algunos músicos que me enseñaron a tocar la batería, instrumento que siempre me gustó pero no a mi familia ya que vivíamos en un edificio. 

– ¿Qué significa ser artista plástico en un país donde aún persiste el paradigma de “m´hijo el dotor”?- 

Para una persona que se dedica a las artes con vocación, en cualquiera de sus disciplinas, me parece que cualquier circunstancia que se le ponga en frente la supera. Se sabe que las artes visuales son un camino difícil, pero te empezás a dar cuenta que es una forma de tu vida muy importante. Esta forma luego se refleja en otras cosas de tu vida terminando de “redondear” quién sos. Por supuesto, que en mi caso, en el seno de mi familia surgieron como “interrogantes” sobre mi actividad, pero siempre tuve total apoyo. La cuota del paradigma la cumplió mi hermano que hoy es un excelente contador. 

– ¿Cómo se vincula su obra con el oficio de la sastrería? 

– Por mi abuelo, mi padre y mi tío. Mi abuelo, en 1938, fue sastre de los nazis durante 16 días en (el campo de concentración de) Buchenwald y sobrevivió gracias a su profesión. Llegó al Uruguay como tantos en esa época. Empecé a trabajar en arte utilizando sus libros-manuales de sastrería que encontré en su taller para confección de uniformes desde 1990. Con el tiempo, la sastrería, la violencia y el arte contemporáneo se conjugan en mi trabajo. 

– ¿Cómo se inspirá a la hora de trabajar?

- No tengo una manera definida. Es más, hay veces que salen los trabajos desde situaciones muy indirectas con el arte. Es posible vincular cualquier escenario con el arte. Al trabajar con la indumentaria como materia prima, siempre estás “viendo” a las personas. Entonces lo que le pasa a las personas a veces termina en un camino para concretar una obra. 

– Básicamente, ¿con qué materiales trabaja?

- Con materiales que coinciden con la idea de la obra. Me interesa enfrentar/cruzar materiales diversos que pueden provenir de la sastrería, como fieltros e hilos; de la arquitectura, como metales, elementos industriales y estructuras varias, o de cualquier otra actividad. 

No le tengo prejuicio a ningún material, herramienta o “técnica”. Reconozco que mis comienzos como dibujante fueron muy importantes para mí. Me interesa descubrir modestamente novedosas formas de utilizar las herramientas, siempre que estén al servicio de una idea y no de demostrar virtuosismo. 

Observé mucho tiempo en la sastrería como se plantean los moldes en papeles, y al tiempo empecé a aplicar esos procedimientos y mi forma de dibujar cambió. Creo que es una de las características del arte contemporáneo, tener la posibilidad de concretar una obra conjugando la idea con su parte formal de soporte. 

También hay veces en que nada de este “sistema” se necesita. Por ejemplo, utilizo espacios que ya existen a nivel de una sala o un exterior y sirven para formular un proyecto que será efímero.

- ¿Hay alguna relación entre su obra y su identidad judía?

- Siempre digo en broma que soy judío, pero no tanto. Pero tiene que ver con que siempre estuve vinculado también con ámbitos no judíos. Sí, me parece que la producción de un artista está relacionada con su identidad. Siempre que tu identidad aparezca como un perfume en tu obra, me parece una forma lógica. Quiero decir que si la descubre y la señala otra persona es mejor. 

– Con la revolución de Internet la gente tiene un mayor acceso a la información. ¿Esto es bueno para el arte? ¿En algún momento el museo virtual podrá sustituir al físico?

- Sí, es bueno para el arte. Establece una democratización de la información. El museo virtual y el museo físico son dos museos diferentes. La información por Internet, permite eso, tener información. 

Existen obras estrictamente realizadas para ser apreciadas por internet. O sea su contexto natural es internet, otra forma de hacer arte también. Entiendo a los museos virtuales exponiendo este tipo de obras. 

Pero la experiencia de ver un Piero della Francesca es única. No creo que se vaya a sustituir uno por otro. En el mundo se construyen museos monumentales con tremendos presupuestos arquitectónicos que adquieren obras de arte para su acervo continuamente. 

– En su caso, ¿publica reproducciones de tus obras en Internet? ¿Tiene su propio sitio web en el que exhibís tu trabajo?

- No tengo sitio. Hay obras mías expuestas por instituciones culturales o de otro tipo como fundaciones que muestran en sus sitios las obras. 

– ¿Cuál es la mayor satisfacción que te da ser artista plástico? ¿Y el mayor disgusto?

- La mayor, cuando mi hijo de cuatro años le explicó a un amigo de su edad a qué se dedicaba su padre. Disgustos grandes no he tenido.

- Tuvo la oportunidad de estudiar con Nelson Ramos. ¿Qué recuerda de esos comienzos?

- Recuerdo a Nelson con mucho cariño. La forma de compartir nuestras ideas, era muy lindo. Su visión del arte estaba muy conectada con la libertad. También recuerdo sus calenturas que eran muy graciosas, ¡a veces echaba a alguien del taller y esa persona volvía! Las feijoadas de fin de año..¡qué locura!.. Me tocó una época en su taller donde compartíamos las mesas de trabajo con algunos músicos como el caso de los cantantes de Trosky Vengarán y de Los Buenos Muchachos. Hacíamos dibujos compartidos pasándolos de mano en mano y quedaban unas cosas buenísimas.