1 oct 2001

"El musulmán que consulta a un astrólogo deja de pertenecer al Islam", aseveró líder espiritual mahometano

En un momento en que en el mundo se habla sobre conflictos entre civilizaciones, culturas y credos, representantes de las tres grandes religiones monoteístas en Uruguay y un kabalista (estudioso de los secretos del Antiguo Testamento) hebreo coincidieron en que "no está permitido consultar a un astrólogo".

Sin embargo, la mayoría de los religiosos no descartó la posibilidad de que el hombre pueda predecir el futuro. El padre Julio Elizaga, quien dirige la Parroquia de Belén desde hace 38 años y el próximo año cumplirá 45 años de su ordenación como sacerdote afirmó que "la Iglesia tuvo santos y profetas que predijeron hechos que luego ocurrieron".

El rabino argentino Iosef Bitton, quien hace aproximadamente tres años trabaja en la Comunidad Israelita del Uruguay, recordó que el pensador judío Najmanides admitió la existencia de la clarividencia y afirmó que por ello "está prohibida su práctica para los judíos".

El kabalista Richard Kaufmann aseguró que el zodíaco "es un invento judío". Por su parte, el sheik Ahmed, imán (líder) la comunidad islámica uruguaya desde hace cuatro años discrepó con los demás religiosos pues a su entender "el único que conoce el futuro es (el Dios musulmán) Alá". Además aseguró que "el musulmán que consulta a un brujo o un astrólogo deja de pertenecer al Islam".

Kaufmann es licenciado en Historia del Pueblo de Israel y estudia hace diez años con "un sabio kabalista" de Jerusalén, el rabino Mordejai Shainberguer. 

El religioso explicó que "las estrellas, los satélites, los planetas son parte de la burocracia celestial creada por Dios, son instrumentos del Creador para influir sobre el mundo. 

Es cierto que cuando una persona nace la posición en que están los astros influye sobre su vida. Sin embargo, en la medida en que uno ejerza correctamente su libre albedrío, puede colocarse por encima de esa influencia de los astros, dirigiendo su vida hacia Dios". Para Elizaga esta influencia astral no existe y "todo lo que sea hechicería, brujería, astrología, esta prohibido para el cristianismo".

A pesar de ello, el cura reconoció que su amigo de la infancia, el astrólogo Boris Cristoff, "un hombre preparado, un erudito", le confeccionó una carta astral. "No dudo que pueden haber astrólogos que hayan estudiado y crean que lo que están haciendo es serio, aunque admiro su ingenio, pues son una especie de artistas, ya que usan calculadoras y escuadras", añadió. Astros bíblicos

El cura, al igual que el rabino Bitton , atribuyeron la prohibición de ejercer la astrología y consultar a un astrólogo a dos versículos del Deuteronomio, el quinto libro del Antiguo Testamento, que establece que "no se hallara nadie entre vosotros que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, o que se dedique a la adivinación, a la magia o a la hechicería, que sea proclive a los encantamientos o a las consultas a los espíritus o a los muertos, pues todas esas cosas son abominaciones para el Eterno, y precisamente por ellas el Eterno tu Dios desposee a esos pueblos ante ti".

Sin embargo, los astros tienen toda una tradición en las escrituras bíblicas. Una nube guió al pueblo de Israel durante 40 años luego de su salida de Egipto. En el Nuevo Testamento, en el Evangelio según San Mateo, se relata que "unos magos que venían de oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿Dónde esta el Rey de los judíos que ha nacido. Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle".

Según Elizaga "los reyes tuvieron una intuición, una gracia interior que los condujo (hacia Jesús). No fue un astro lo que los guió, fue una luz interior, la estrella que nos guía a todos, que es Dios".

Según el egipcio Ahmed, la prohibición para aceptar la astrología para el Islam se encuentra en la sección Al Hadid del Corán (libro sagrado de los musulmanes).

Allí se cita al profeta Mahoma quien afirmó que "si pides algo, pídeselo a Ala y si necesitas ayuda acude a Ala". El sheik aseguro que "el musulmán que va a ver un brujo, una persona para que le lea las cartas o consulta a un astrólogo deja de pertenecer al Islam, porque duda de su religión, pues consulta a una persona y no a Alá, que es el más grande".

Sin duda que las enseñanzas del imán influyen en las creencias de sus alumnos. En el Centro Egipcio de Cultura Islámica (CECI), luego de los rezos matutinos del viernes 19, uno de los fieles que ingería un mate recién cebado, comentaba a un correligionario que "antes yo seguía el horóscopo, me interesaba la astronomía y Nostradamus pero desde que me acerque al Islam dejé esas cosas de lado".

Sin embargo, otro de los devotos de la fe de Alá aseguró a Cortocircuito que "los musulmanes abrazaron la astrología en la época de la España andaluza". El primer filósofo islámico, Al-Kindi, uno de los primeros traductores al árabe de las obras de Aristóteles escribió un tratado sobre la astrología en el siglo IX.


Zodíaco judío


El kabalista sostuvo que "el individuo tiene que saber que todo esta en manos de el y que toda la energía que tiene para hacer las cosas la recibe de Dios. Hay varios conductos a través de los cuales esa energía llega y uno de ellos son los signos del zodíaco, mazalot en hebreo, que son de origen judío".

La palabra mazal en singular proviene de nozel que significa lo que fluye. "La influencia y bondad de Dios fluye - aseguró- a través de los astros y la naturaleza que son funcionarios del Creador". Kaufmann señaló que en la festividad del Día del Perdón "Dios pesa las buenas y las malas acciones de cada judío en una balanza y el signo del zodíaco que coincide con el mes en que se conmemora el día más sagrado para los judíos es libra, que se representa con la balanza".

En marzo, "los judíos celebramos la Pascua y el signo del zodíaco que coincide con esa conmemoración es Aries, representado por un carnero, el mismo que los judíos sacrificaron cuando salieron de Egipto para cumplir con el sacrificio pascual".

Sin embargo, el kabalista, prefiere "no escuchar las predicciones astrales ni leer el zodíaco" ya que inciden sobre la actitud de las personas que no comprenden que "su futuro depende de ellos". Elizaga, por su parte, precisó que el nuevo catecismo de la Iglesia Católica que se publicó hace unos años "ataca especialmente a los horóscopos, pues programan a las personas". Para Ahmed "la gente no sabe que (el horóscopo) es una mentira y que la astrología intenta comercializar con el futuro".

Santos clarividentes


Elizaga sostuvo que "hay individuos que tienen intuición personal" que según la parapsicología les permitiría ver "lo que ocurrirá dentro de 100 años". El cura afirmó que "la Iglesia tuvo santos y profetas que predijeron hechos que luego ocurrieron". El fundador de los salesianos, Don Bosco, por ejemplo, "anticipó la muerte de uno de sus alumnos" y el padre Pio de Pietrelcina, canonizado recientemente, sorprendía a sus fieles adelantándose a sus confesiones.

Bitton discrepó con la visión de Elizaga sobre los profetas, ya que estos "más que clarividentes eran mensajeros divinos que advertían al pueblo de Israel sobre las consecuencias de su comportamiento".

El rabino recordó una "celebre discusión" entre dos grandes pensadores judíos de la Edad Media, Maimónides (conocido por la sigla de Rambam) que era un racionalista y Najmanides (conocido por la sigla de Ramban), un místico. 

El Rambam, quien redactó los 13 principios (dogmas) de la fe judía, señaló en su tratado sobre idolatría que "la manipulación, los trucos, el ilusionismo, la clarividencia, que juegan con la autosugestión del individuo son falsas y por ello están prohibidas", mientras que el Ramban sostuvo que las artes adivinatorias pueden llevarse a cabo y por ello "está prohibida su práctica para los judíos".

El sheik señaló que el Corán reconoce a Moisés y Jesús como profetas anteriores a Mahoma pero la diferencia es que "mientras que los otros predicaron para sus pueblos, Mahoma lo hizo para toda la humanidad". Sin embargo, ninguno de ellos predijo el porvenir porque "Alá es el único que conoce el futuro”, aseguró.


Cinco de oro


El rabino, quien se considera "un agnóstico" respecto a la "influencia física de los astros sobre las personas" recordó un diálogo entre Dios y Abraham, en el que la divinidad le indica al padre del pueblo judío que mire las estrellas y las cuente porque "si puedes contarlas, esa será tu descendencia". Los exegetas se detienen en la palabra hebrea abed que significa mirar el cielo de arriba hacia abajo, y comentan que Dios le insinuó a Abraham que "su pueblo va a estar por encima de los destinos astrológicos", dijo.

El imán, quien se valía de un traductor para responder, meditaba largamente la que sería su conclusión sobre la validez de la astrología. Luego de unos minutos ironizó: "Si los astrólogos saben tanto, que me digan los números del cinco de oro que van a salir el domingo".

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