Publicado el 30 de junio de 2023
Hoy, 30 de junio, Mauricio cumple 90. La familia de origen del dramaturgo no era ni por asomo religiosa. Sin embargo, y curiosamente, guardaba ciertas tradiciones muy caras para el judaísmo más tradicional.
Tal como lo relata Miguel Ángel Campodónico, me imagino esos domingos de mañana cuando el matarife ritual llegaba a la casa de la familia Rosencof para faenar las gallinas con el fin de que fueran la materia prima de un sabroso puchero para degustar al mediodía.
Isaac, Rosa, el joven Leonel y el pequeño Mauricio esperan con ansias a ese hombre barbudo vestido con su sobretodo negro, tanto en los días de frío invernal así como en los del caluroso verano.
Con él tienen un origen en común, hablan un mismo dialecto, pero su forma de vivir el judaísmo es totalmente opuesta.
Aun así, para estos judíos comunistas y sin Dios, es importante que la carne sea faenada según la usanza ritual judía, tal como indica la ley de Moisés.
El peso identitario que los Rosencof traen de Europa no es olvidado fácilmente.
El ritual, así como la costumbre, tiene para ellos un significado trascendental para su desarrollo como judíos.
Por eso, también comen pan ácimo en Pascua y llevan a Mauricio a que conozca una sinagoga montevideana.
Cuando por fin se produce el encuentro, Isaac y Rosa reciben con mucho afecto al matarife, quien les trae recuerdos de la vida religiosa en su vieja patria.
Hablar con este paisano es volver atrás en el tiempo, viajar a Europa en un santiamén, y reconectarse con ese judaísmo originario en el cual habían sido criados.
Sí, ellos son comunistas, pero también judíos y uruguayos que disfrutan del mate, aunque con azúcar.
Esa identidad se la legaron al actual Mauricio, quien cita al literato comunista soviético Ilyá Ehrenburg, el cual afirmó: “Soy un escritor ruso, pero mientras quede tan solo un antisemita sobre la faz de la tierra, responderé a la pregunta acerca de mi nacionalidad con orgullo: soy judío”.
Imagino al matarife compartiendo ese almuerzo con los Rosencof. Dos cosmovisiones distintas del mundo. Dos estilos de vida. Dos formas antagónicas de ser judío. Una condición en común: privilegiar el vínculo humano.
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