La joven Ildefonsa estaba en crisis. Su novia de hacía seis años la había dejado de un día para el otro sin darle siquiera una explicación.
En la desesperación, decidió llamar a su abuelo Salo, quien había vivido con ella, su madre y su abuela desde que tenía uso de la memoria.
Era el padre que nunca había tenido. Le relató la triste historia con lujo de detalles y, entre llantos, le pidió un consejo.
Su sabio abuelo le dijo: “te voy a contar un secreto: tuve una experiencia muy similar a la tuya y lo que me salvó fue una buena autoestima”.
Ildefonsa no entendía nada. “Mirá, la autoestima te lleva a ver las cosas de forma diferente. Si te querés a vos misma, sabés que valés y no importa quién ni qué te hayan dicho”, dijo el anciano.
La angustia de Ildefonsa iba disminuyendo de a poco, pero igual seguía sin entender por qué su exnovia la había dejado.
“Cuando no hay compatibilidad en cuanto a proyectos de futuro, lo mejor es que cada uno haga su camino”, le recomendó su abuelo.
“¿Sabés qué te va a ayudar con la autoestima? Hacer cosas que te gustan y que ocupan tu tiempo de forma productiva. Por ejemplo, si te gusta escribir, hacelo y publicá tus cuentos; lo mismo con caminar: date el tiempo para esas caminatas que tan bien te caen, aunque sea en una noche otoñal. Tenés que confiar en vos, ahí es donde empieza todo”, le aseguró.
Salo prosiguió: “Y no te preocupes por tener demasiado tiempo libre. Esos son momentos que tenés que aprovechar para disfrutar de vos misma y tus cosas. Si no lo estás disfrutando, y en eso tiene mucho que ver la baja autoestima, tampoco vas a poder hacer rendir las horas productivas del día en las que te dedicás a trabajar y a estudiar”.
“Cuando no podés disfrutar en soledad de tu tiempo libre y necesitás a otro para que te llene ese espacio, eso significa de que hay algo que no funciona bien”, reflexionó.
“¿Pero cómo hago para cambiar mi forma de vida?”, preguntó la joven. “Según los estudios académicos que conozco, acostumbrarse a los grandes cambios lleva 66 días aproximadamente. No te va a hacer fácil mi querida nieta, pero yo confío en vos. Ahora, como dice el Martín Fierro, tenés que confiar en vos misma”, sentenció el abuelo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario