“¿Viernes, sábado o domingo a la noche?”, se preguntaba Ildefonso; “¿en cuál de estos días sentí más soledad?”.
Ildefonso había dejado con su compañera luego de 12 años de estar juntos. Más allá que había sido una decisión conjunta, la pasó muy mal el primer fin de semana en soledad.
La noche del sábado, al menos para Ildefonso, había sido en su juventud la que más le había incomodado pasar aislado.
Ahora, ya siendo un hombre de 53 años de edad, suponía que la historia podía ser diferente, aunque no fue así.
Pensó que, así como para muchos, las peores horas del fin de semana serían las del domingo entre las seis de la tarde y las ocho de la noche, pero para él lo fueron las del sábado entre las 20:00 y las 22:00.
Siendo las 8 de la noche del sábado, y aun cuando estaba frío, Ildefonso decidió salir a caminar durante una hora.
Era un horario en el que no recordaba, salvo en verano, hacer footing por las calles capitalinas. Vio más gente en la calle de la que pensaba, y hasta lo asoció con un día cualquiera de la semana.
Ver personas, autos y ómnibus le levantó el ánimo considerablemente. Vio gente vestida como para salir, pero eso no le hizo mal, sino que reflexionó de que hay muchas formas de vivir y sentir un sábado a la noche.
Luego de la caminata, Ildefonso fue directamente a su casa. Eran las 9 de la noche. Aprovechó y comió un arroz con queso rallado y tomó abundante agua. El postre, un ticholo sin azúcar agregada.
Luego terminó de editar su último cuento, lo publicó en su blog y en sus redes sociales, y vio un episodio de su podcast favorito, donde se analizaba si existe Dios.
Se habían hecho las 11 de la noche. La oscuridad, el silencio, la soledad y la angustia embargaban a Ildefonso quien, por un momento, extrañó a Haydé, pero se dijo que debía seguir adelante.
Meditó durante apenas dos minutos y decidió enfrentar todos sus miedos nocturnos. Fue allí cuando se acostó e intentó dormir. Concilió el sueño más rápido de lo pensado, y al levantarse a las 5 de la mañana se sintió reconfortado de haber vencido a la noche y a la soledad.
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