A Ildefonso lo irritaba mucho tener que ir al Registro Civil. Estrés y ansiedad eran los primeros síntomas que le aparecían al saber que debía concurrir a esa oficina pública.
Un día lo contactó su primo Matías, quien vivía en Chile, para pedirle ayuda. Precisaba tramitar el pasaporte checo, y de la embajada le pedían que consiguiera la partida de matrimonio y defunción de su abuelo.
Con una inusual paciencia, Ildefonso decidió prepararse para ese día. Primero, intentó solicitar las partidas de forma online, pero esto no era posible. Luego, gestionó una hora para concurrir personalmente, la cual se la otorgaron para dentro de dos semanas.
Consultó con sus padres para saber si tenían algún tipo de información acerca de su abuelo. Lo único que había era una foto de la lápida que aún permanecía en pie en el viejo cementerio de la ciudad.
Ildefonso recordó que el abuelo de Haydé había sido compañero del suyo hacía décadas en la decana de las instituciones bancarias del país.
Haydé, cuando aún estaba de novia con Ildefonso, le había enviado fotos de una vieja enciclopedia donde figuraba una pequeña biografía del abuelo.
Al traducirla al español, ya que estaba en un dialecto que él no comprendía, Ildefonso se pudo enterar de algunos detalles de la historia de su abuelo antes de llegar al país.
El viejo Román había sido actor de teatro, hablaba muchos idiomas, había inmigrado para escapar de la guerra y había sido el primer (y por mucho tiempo el único) empleado en el renombrado centro bancario.
También, gracias a la enciclopedia, pudo averiguar en qué año se casó y cuál era su apellido materno.
Llegó el día de ir al registro e Ildefonso se anotó todos los datos que tenía en un pequeño papelito color amarillo y negro.
En la oficina pública tuvo que dar algunas vueltas, pero muchas menos de las que pensaba, para finalmente obtener lo que quería.
La historia de su abuelo en el país había sido parcialmente reconstruida. Eso a Ildefonso lo conmovía y lo hacía pensar en Haydé, aunque se contuvo y no le contó las buenas nuevas.
Rápidamente, fotografió las partidas y se las envío vía WhatsApp a su primo. Salió del registro y sintió que volvía al presente, luego de haber viajado al pasado por algunas horas.
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